miércoles, enero 24, 2007

¿Cómo quieres?

Retomando un comentario hecho a un anónimo sobre el post: Significado del amor, he decidido escribir el siguiente post.

Comentario hecho:
"...hay personas que marcan nuestras vidas por completo... o más bien son personas que permitimos marquen nuestra vida...???

Una amiga me decía que el poder de hacer que una persona sea especial, siempre está en uno..., si uno no abre espacio en su vida para las personas, por más que ellas intenten ser especiales con uno, ellas no podrán significar mucho en nuestras vidas.

Pero si uno da ese espacio, las cosas para la otra persona cambian (y para uno, también).

En un próximo post escribiré sobre esta situación...

Lo único que puedo decir es: Todos somos pasajeros. Todos vivimos momentos especiales con personas espectaculares pero que están de tránsito en nuestras vidas.

Aprender a desprenderse de ellas, hace parte fundamental de nuestra evolución. "

Aquí voy yo...

Desde luego todos tenemos conceptos diferentes de lo que el amor representa para nuestras vidas. Pero dar una visión objetiva del amor se vuelve muy complejo gracias a que todos participamos de él, y toda descripción se vuelve subjetiva. Sin embargo, se hace el intento.

Con la aclaración anterior y con los deseos que tengo de escribir sobre el tema, me voy a explayar en verso.

Qué significa abrir nuestro espacio?

Nuestra vida se va tornando en un compendio de miedos y fobias que hacen que actuemos milimétricamente y que tomemos decisiones que puedan mejorar las condiciones de presión y de angustia que nos produce el enfrentarnos a situaciones nuevas o situaciones que siendo muy conocidas, tan conocidas como el amor, no nos den la libertad de expresarnos y nos condenen a reprimirnos.

Es increible como se construye una armadura de miedos... solo se necesita una mala experiencia y listo... actuamos como el gato que nunca se vuelve a sentar en un fogón de luz cuando está apagado por la sencilla razón que un día cualquiera se sentó desprevenido en el y estaba caliente. Pobre gato, se la ha pasado huyéndole al fogón de luz.

Pero qué pasa ahora, que el fogón de luz está frío?

Todas las personas que llegan a nuestro alrededor y nos demuestran su cariño las hacemos pasar por esa estrecha armadura. Eso no es malo, eso nos da seguridad y tranquilidad.

El problema radica en el momento que esa armadura es tan estrecha que nadie pasa por ese filtro. No nos arriesgamos a desacomodar la armadura, esta nos ha dado protección durante mucho tiempo, aunque el fogón haya estado frío.

Desaferrarse de ella y empezar a ser objetivos con los miedos que nos protegen (que parecen protegernos) es una tarea difícil en realidad, pero es necesario hacerlo en algún momento.

El miedo al rechazo, el miedo al engaño, el miedo a la soledad dejan su marca en nuestras vidas por siempre, dejan nuestras esperanzas en el suelo y hacen que el espacio para disfrutar nuestras vidas esté determinado por las injusticias que, con conocimiento o sin el, las personas a nuestro alrededor cometen sobre nosotros.

Es importante darnos ese espacio, regalarnos la oportunidad de enfrentar nuestros miedos y validar qué es lo que queremos que suceda en nuestras vidas apartando los temores de nuestros pensamientos.

Para morir solo se necesita estar vivo. Para vivir se necesita una dulce sonrisa cuando la tarde se oscurece.

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